sábado, 25 de mayo de 2013

Diego.


Cuando nació mi hija lloró enseguida, sus pulmones se llenaron del aire de acá; su voz era potente, es potente, ella es potencia. Sigue expresándose para muchas cosas con el llanto, para todo lo que no puede decir pero quiere o siente. Me pregunto cuándo dejé de llorar yo, cuándo dejamos de llorar ¿A los cinco, a los siete? Tengo idea de que lloraba a una edad mayor que esa, a los diez o doce, pero que después sentía vergüenza, por haberlo soltado todo, por haberlo mostrado todo, por haberlo dicho todo.


jueves, 11 de abril de 2013

5.

¿Qué tengo que hacer? Vas y venis, diez veces, estilo crol. ¿Eso nada más? ¿Qué sentido tiene?. No te entiendo la pregunta, es ir acostumbrando el cuerpo al agua, los pulmones, los brazos, las piernas. Mientras me decía eso, de sólo pensarlo, ya me aburría. 
No vayas más sino queres, ¿Y qué voy a hacer entonces?. Pensar que te gustaría hacer ¿Y si no me gusta nada nunca más?. Mi madre detuvo el auto porque me largué a llorar. Más tarde, en el baño de la confiteria, me miré al espejo y me vi grande, tenía los ojos hinchados de llorar, me vi la cara alargada, la naríz distinta; después ya no, en casa ya no.